Un día, una noche importante o por lo menos significativa para la mayoría. Es 31 de diciembre y hoy se celebra el fin de año, los rituales familiares, las conversaciones infructuosas, el deseo alentador y constante de felicidad parece rezumar por cada uno de los poros de cada uno de nosotros, o eso es lo que queremos creer. Hoy puede ser un buen día u otro cualquiera en el transcurso monótono de la vida para muchas personas, si bien para sobrellevar este largo día tenemos como costumbre juntarnos con nuestros más allegados (y no me refiero a la familia) y en nuestra mente parece que de este modo pueda sobrellevarse mejor la agonía, no es más que otro engaño producido por nuestra propia estupidez y mediocridad. No debería ser exclusivo de días tales para poder reunir a tus amigos, cenar y tomar algo, las anécdotas y sus correspondientes risas deberían fluir de manera habitual y no solo condicionadas por fiestas que, para un servidor no tienen ningún significado. La religión ha destruido y esclavizado nuestros actos, incluso nuestros pensamientos y opiniones hasta tal punto en el que somos poco más que simples marionetas, seres que no hacemos más que caminar el fila hacía lo que se nos dicta, hacía lo que se nos dice que es lo correcto, lo adecuado, pero no con bondad y buenas intenciones sinó con la promesa de la desgracia, el oído y el sufrimiento está tras esa , a primera vista, sencilla elección.
En los momentos previos a la noche y su correspondiente celebración todo parece fluir con relativa normalidad, pero es ahí donde el caos parece ceñirse sobre todos.
Lo primeros instantes de alegría parecen nublarse para dar paso a la aglomeración, a un cúmulo de sensaciones, ideas y sentimientos que hacen que todo se desmorone. El alcohol fluye de manera constante e inagotable, los comentarios ácidos empiezan a surgir de manera sutil, todo se complica pero en vez de detenernos un instante y pensar de manera razonada que estamos haciendo y que es lo que está ocurriendo en nuestro alrededor seguimos enmascarando cada pequeño detalle, cada opinión que nos corroe por dentro y que no podemos exteriorizar por miedo a represalias. La noche se cierne sobre nosotros, y no tienes otra salida que imitar a todos los que tienes alrededor, una copa en la mano, un cigarrillo en la otra y una cabeza cada instante mas saturada por el fervor de la multitud que te rodea.
Al final todo se vuelve oscuro, vacío de toda idea lógica, de todo pensamiento razonable, no hay vuelta atrás porque desde un primer instante todo ello estaba predestinado al fracaso a una amalgama de situaciones en las que no tenias control y por lo tanto dejan de ser de tu incumbencia, miras hacía otro lado pretendiendo evadir aquello que en el fondo aborreces, pero sigue sin haber nada que hace, allá donde sitúes la mirada ves alguna acción como poco reprochable, una actitud patética y unas palabras que hacen que te retuerzas por dentro, pero de una manera u otra, todo sigue fluyendo de manera exponencial, sin avisos, sin advertencias y tened por seguro que en algún momento de esa noche, os encontrareis delante de algo que no podréis evitar, la ira y la rabia pasaran a ser parte de tus pensamientos pero no te quedará otra salida que ayudar a quienes te necesiten, quieran o no, prestar una mano amiga, un consuelo quizá, una frase que haga que tus amigos atisben la luz al final de ese túnel lleno de sudor, alcohol, lágrimas y desesperación.
Cuando el punto álgido de la noche haya ya transcurrido, parecerá que todos vuelven a su lugar pero no te engañes, queda la vuelta a casa, a la rutina y ahí será cuando las ideas más descabelladas recorran la mente de los que te rodean y es ahí cuando debe ser cauto, no gastar palabras que no tengan recuerdo en el futuro, no debatir las ideas incomprensibles que se te plantean simplemente asentir y seguir tu camino. Todo habrá finalizado, solo tendrás presente las eternas horas que han tenido que pasar para que todo vuelva a una calma que jamás debió de ser perturbada y con ese pensamiento descansarás sobre tu cama, dormirás y por fin descansaras en una noche que pese a que quieras olvidar permanecerá en tu recuerdo más tiempo del que seas capaz a aventurarte.
Todas estas ideas incoherentes para muchos de vosotros que acabo de transmitir no son una advertencia púes no tenéis decisión sobre lo que haréis o lo que ocurrirá queráis o no, es simplemente una serie de pensamientos que tengo y que escribo para recordarme a mí mismo lo que sucede a mi alrededor, si bien soy capaz de contribuir con estas líneas a alguno de los presentes me sentirte en cierto modo reconfortado y creo que será más que suficiente para mí.
Disfrutad de la compañía de vuestros amigos igual que yo intentaré hacer con los míos, tened una conversación transcendente, tomad una copa si os apetece, disfrutad de la paz y la tranquilidad de un cigarrillo si es necesario y por favor en cualquier momento en el que lo necesitéis dadle al play y deleitaos con vuestra música, aquella que os haga sentir nostalgia, amor, tranquilidad, lo que vosotros necesitéis pero tened presente de que por muy ínfimo y escueto que sea ese instante puede que os marque de por vida, y que hasta a un servidor consiga sacarle una sonrisa del rostro, porque al final eso es lo más importante.
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