Dejamos
atrás a los hippies, con sus largas melenas y sus viajes de ácido,
para entrar de cabeza en esa controvertida época que fueron los
ochenta para la música. Y qué mejor manera de hacerlo que con una
de las bandas más representativas del post punk, movimiento que
vivió su era dorada durante esos años.
The
Cure es un grupo que para mi rebasa todos los calificativos posibles,
verdaderos estandartes del rock gótico, de la oscuridad y de la
tristeza más absoluta. Sin embargo el mayor logro de la banda
liderada por Robert Smith es el de conseguir encontrar la belleza
entre esos parajes que tantos transitaban durante esa época. Ni Joy
Division, ni The Sisters Of Mercy, ni ningún otro grupo (y lo siento si
ofendo a alguien) puede compararse es este sentido con The Cure. Sus
discos son pura melancolía por todo aquello que se nos escapa sin
que podamos retenerlo ni un segundo entre nuestras manos. Melancolía
por la vida, por el amor... Se trata, como debería hacer todo grupo
de pop que se precie, de llorar por la juventud e inocencia que
perdemos día a día transitando por este mundo de mierda.
Pornography
es el cuarto disco de estudio de los ingleses. Tras grabar tres
álbums excelentes que los situaron en una posición dominante dentro
de la escena, la banda formada por Robert Smith a las voces y
guitarra, Simon Gallup al bajo y Laurence Tolhurst a la batería
(éste sería el último disco en que tocaría este instrumento,
luego sería teclista) sacó a la luz el disco que se convertiría en
el paradigma de su primera época, puramente post punk, en
contraposición al pop New Wave que practicarían después.
Se
trata indudablemente del álbum más oscuro y deprimente que haya
facturado jamás The Cure. Más de cuarenta minutos de descenso a los
abismos en los que nunca sale el Sol, avanzando golpe a golpe bajo la
inclemente batería de Tolhurst y estremeciéndonos con cada acorde
de Smith, que nos enseña con sus letras la belleza de una
desesperación de la que nadie parece poder escapar. Se trata pues,
de un disco basado en la parte rítmica y en la capacidad de Smith de
crear pequeñas atmósferas oníricas que mutan de forma orgánica,
atrapando poco a poco al oyente.
Mucho
tiempo ha pasado desde 1982, sin embargo Pornography continua siendo
ese álbum ejemplar y atemporal, cáliz de oro de todo un estilo
plagado de grandes nombres e imperecederas leyendas. La obra más
perfecta y bella del post punk, uno de esos discos que uno debe
recuperar cada cierto tiempo para darse cuenta de que los años no
pasan para él. Su mensaje, la eterna lucha melancólica contra el
paso del tiempo, es quizás más valido ahora que nunca. O quizás
soy yo el que he perdido toda esperanza y solo me queda refugio en
esta maravillosa obra de arte.
http://www.mediafire.com/?w5jm3ghmvfd9t1w
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