miércoles, 7 de marzo de 2012

Un disco por año: 1970

/yurik

Estrenamos nueva sección en The Signs Of The Time. A partir de hoy, cada miércoles tenéis una cita con la historia en este blog, puesto que haremos un repaso de los discos que nos parecen más importantes de cada año. Solo hay una regla: solo se permite citar un disco por año. Seguramente se hagan muchas injusticias, se olviden muchas joyas y se levanten ampollas, pero el único objetivo de los redactores de este blog es compartir opiniones y abrir debate, del sano. Por que no hay nada más bonito que discutir sobre música, ¿Verdad?
Vamos a empezar, como no podía ser de otra manera, con la que para muchos es la década más relevante de la historia de la música popular. Bienvenidos a 1970.

Muchas joyas imperecederas vieron la luz en la apertura de la nueva década, personalmente me quedo con el debut en solitario de Syd Barret, el primer disco de Hawkwind, el Bitches Brew de Miles Davies o la obra más experimental de Pink Floyd: Atom Heart Mother. Sin embargo, y a diferencia de lo que va a suceder en sucesivas entregas de este especial, lo tengo muy fácil para escoger el mejor álbum de 1970. Y no lo digo solo por su innegable calidad, sino también por su importancia capital en la música posterior. Una influencia que llega hasta nuestros días.
Por que el termino obra maestra pocas veces se podrá usar con más acierto que con el debut de Black Sabbath.

Lluvia, campanadas y de repente: el estruendo, la distorsión, la fuerza... La oscuridad. A estos jóvenes de Birmingham solo les fue necesario una nota para sentar cátedra. No hay mejor y más sincera declaración de intenciones que el tema que abre el disco. Se pueden buscar referencias pero nada anterior a Black Sabbath consigue transmitir lo que ellos consiguieron transmitir con este tema. Podríamos hablar de tecnicismos como el tritono (que usaron sin ser conscientes) sin embargo me parece que lo más justo es intentar definir lo que una persona podía sentir en 1970 al escuchar este disco. Los riffs, los solos, la voz de Ozzy... todo funciona como un engranaje perfecto cuyo único objetivo es engullirte hasta los abismos del averno. Y por encima de todo ese blues infernal, flagelante y hipnótico.

Cada vez que escucho este álbum (lo estoy haciendo mientras escribo estas lineas) me reafirmo más y más en mi creencia de que Black Sabbath inventaron el Doom antes de inventar el Metal. Con esta obra tocaron el cielo, un cielo oscuro y psicodelico. Su cielo. Pocos discos, más de cuarenta años después, pueden rivalizar en intensidad, fuerza y sobretodo dureza con el disco que nos ocupa. 1970 fue el año que cuatro genios escogieron para cambiar para siempre el curso de la música. Y todas las entradas de este especial que vengan a partir de ahora se verán en mayor o menor medida influenciadas por este álbum.

Is it the end, my friend?
Satan's coming 'round the bend
people running 'cause they're scared
The people better go and beware
No, no, please, no

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