Y continuamos con estas listas tan inútiles que hacemos los humanos al final de cada año, en las que intentamos poner orden a lo que debería quedar desordenado. Pero somos así.
En esta ocasión voy a hablar de los cinco mejores conciertos a los que he asistido a lo largo de este año. So... Here we go!
5. Riverside. (City Hall)
Los Polacos Riverside son uno de los grandes grupos de rock progresivo que existen en la actualidad. Su propuesta se aleja del puro virtuosismo enrevesado de grupos como Dream Theater para adentrarse en parajes más emocionales que los acercan a Porcupine Tree. En esta ocasión visitaban la ciudad condal por segunda vez, presentando un pack recopilatorio de toda su discografía, por lo que era una ocasión excelente para verlos repasando su carrera.
Y no decepcionaron. Una hora y media de emoción y calidad musical fuera de toda duda en un extenso setlist que hizo las delicias de todos los fans acérrimos que nos agrupamos en la sala City Hall para verlos. Por cierto, esta sala que ahora empieza a programar conciertos posee la que para un servidor es la mejor acústica de la ciudad.
4. Church of Misery + EYEHATEGOD (Apolo2)
Había oído hablar del directo de estos dos monstruos del metal extremo como uno de los más increíbles que se podían escuchar a día de hoy, pero no fue hasta que no lo vi con mis ojos que no pude darme cuenta de cuanta razón había en estas palabras.
Lo de Church of Misery, unos japoneses locos afincados en Londres, no tiene otra definición que la de brutalidad disfrazada de acido. Los temas que en disco te taladran la cabeza en directo suenan como si salieran del mismísimo infierno mientras en él se celebra una orgía psicotrópica.
Y luego, por si no teníamos suficiente, llegaron los monstruos. EYEHATEGOD, los verdaderos reyes del Sludge. Pocas veces he sentido delante de un escenario tal sensación de desamparo, de violencia oscura y podrida. Cada riff de estos genios nos sacude hasta el alma para recordarnos que el mundo es un lugar hostil y depravado.
3. The Steepwater Band (Apolo2)
He visto muchos grupos de blues en directo. Algunos clásicos y otros modernos... pero ninguno ha logrado transmitirme el feeling que estos chicos son capaces de desplegar encima del escenario. Blues hipnótico, de factura perfecta, con el punto justo de virtuosismo para hacernos olvidar por un momento los problemas de nuestro día a día. Si bien es cierto que fue un concierto corto no me parece que se dejaran ninguno de su grandes temas, y la presentación de su flamante Clava demostró que las nuevas canciones suenan tan bien en directo como las anteriores, pese al ligero cambio de estilo del grupo.
2. Roger Water's The Wall (Palau Sant Jordi)
Con este concierto no puedo ser objetivo ya que se trata de un sueño hecho realidad. Uno de los mejores discos de mi grupo preferido tocado en directo con un espectáculo audiovisual simplemente excepcional. Olvidaos de cualquier otro macro concierto, cuando uno ha visto The Wall ya lo ha visto todo. La perfección no solo se queda en lo musical sino que también transgrede las barreras de lo visual: nada es comparable a ver como el muro se va construyendo poco a poco mientras en él se proyectan los vídeos que acompañan a cada una de las canciones.
Doy gracias al señor oscuro por haberme permitido disfrutar de joyas como Mother o Comfortably Numb en directo. Uno de los momentos más maravillosos de mi vida.
1. Karma to Burn + Neurosis (Apolo1)
Y el primer puesto de esta lista no solo va para el mejor concierto que he visto este año, sino también para el mejor que he visto en toda mi vida.
A Karma to Burn, uno de mis grupos de Stoner preferidos, les tocó abrir la noche con un show digno de ellos pero sin llegar a las cotas de grandeza de la ultima vez que vinieron a Barcelona, seguramente por culpa del setlist en el que tocaron demasiadas canciones de su nuevo álbum, el peor de su discografía. Sea como sea fueron un buen adelanto de lo que se avecinaba.
Neurosis son por derecho propio uno de los grandes grupos de la historia de la música popular, una de esas bandas a las que el simple hecho de intentar definir o etiquetar supone una falta de respeto hacia su grandeza, que solo se puede medir por la fuerza y perfección de su trabajo.
Lo que no me podía haber imaginado ni en mis más eróticos sueños era el vendaval de rabia, distorsión y poder que nos esperaba esa noche en Apolo.
Canción tras canción la catarsis de enfrentarme a ese monstruo que es Neurosis me fue sacudiendo por dentro hasta llegar a un punto de agotamiento mental del que ya no pude escapar hasta el final del concierto. Recuerdo pasar la mayor parte del tiempo con los ojos cerrados, sacudiendo la cabeza como si la guitarra de Steve von Till me controlara cual títere inerte.
Y el punto álgido de esta gran opera macabra fue Through The Silver In Blood, mi tema preferido de Neurosis... Toda una descarga de fuerza tribal y de electricidad espacial.
Más que un concierto, una experiencia sensorial y vital apoteósica.
Lo de Neurosis no es de este mundo.
ResponderEliminarMuy buena lista.